La tradición de los azulejos portugueses
El azulejo portugués ha adquirido una gran expresión artística a lo largo de los últimos cinco siglos, habiendo recibido la influencia del intercambio cultural, lo que le confiere un estatus único como elemento decorativo y arquitectónico.
Esta influencia se produjo a través del contacto con diferentes culturas, como la árabe, la española, la italiana y la holandesa, lo que dio lugar a una rica variedad de estilos y patrones.
En este artículo, le invitamos a conocer mejor esta fascinante tradición artística y su impacto en la cultura y la identidad portuguesas. Descubra con nosotros la belleza y el significado de los azulejos portugueses, un patrimonio cultural del que estamos orgullosos y que queremos compartir con usted.
La importancia de los azulejos portugueses
La importancia de los azulejos portugueses para el país es evidente de muchas maneras:
- Identidad cultural: el azulejo es un símbolo de la identidad portuguesa, presente en fachadas, paneles decorativos, interiores de casas y edificios públicos. Su presencia contribuye a la caracterización del paisaje portugués.
- Valor histórico: los azulejos cuentan la historia del país, representando acontecimientos históricos, costumbres y tradiciones. Constituyen un importante registro de la memoria cultural portuguesa.
- Expresión artística: Los azulejos sirven de soporte para la expresión artística de diversos artistas, que hoy en día utilizan la técnica para crear obras de arte únicas y originales.
- Patrimonio cultural: los azulejos portugueses están reconocidos como patrimonio cultural inmaterial por la UNESCO, lo que demuestra su importancia para la cultura y la historia del país.
Historia del azulejo portugués
La palabra azulejo procede de “al-zulaich”, que significa piedra pulida.
De origen egipcio, los árabes la introdujeron en la Península Ibérica hace al menos 1.500 años.
Los azulejos portugueses son básicamente una losa de cerámica de 15 x 15 cm, con una cara decorada y esmaltada, lo que la hace impermeable y brillante.
Comenzó a utilizarse ampliamente en el sur de España y fue en un viaje a Granada cuando el rey Manuel se fijó en esta nueva forma de decoración y la trajo a Portugal. Todavía podemos ver estos primeros azulejos en las paredes del Palacio Nacional de Sintra, que servía de residencia al rey. Alberga la mayor colección de azulejos mudéjares o hispano-moriscos de Portugal y una de las más importantes de Europa.
En 1560 comenzaron a aparecer en Lisboa talleres de alfarería que producían azulejos con la técnica de la loza importada de Italia. Las pinturas se inspiraron en la cerámica italiana, con el azul de la herencia china y realizadas con técnicas aprendidas de los holandeses.
Fue en el siglo XVIII cuando empezó a utilizarse ampliamente en iglesias y conventos, casas y palacios, jardines, fuentes y escaleras. La decoración podía abarcar desde motivos geométricos hasta representaciones de historias de temática variada, desde lo religioso a lo profano.
Tras el terremoto de 1755, la producción de azulejos se aceleró para la reconstrucción de Lisboa. Los azulejos dejaron de ser patrimonio exclusivo de la nobleza y el clero y empezaron a extenderse a otros estratos de la sociedad.
Fue entonces cuando comenzaron a fabricarse azulejos en serie, combinando técnicas semi-industriales o industriales.
La teja estándar
Los azulejos estampados, ahora conocidos como
Pombalina
se producían en grandes cantidades, eran menos costosas y más fáciles de aplicar. Después se utilizaron con más frecuencia para decorar edificios nuevos, sobre todo tras el terremoto de 1755.
Los motivos se estructuraban mediante módulos repetitivos de baldosas de 2×2, 4×4, 6×6 y 12×12 que formaban alfombras enmarcadas por cenefas o barras, a menudo con frisos añadidos.
En aquella época, los azulejos eran policromos, con los colores azul, verde y amarillo, aunque también se producían motivos de azul sobre fondo blanco.
Las fachadas
con azulejos estampados y los recercados que delimitan las puertas y ventanas son elementos fundamentales de la identidad urbana de Portugal.
Esta forma de arte se puede encontrar fácilmente desde el norte hasta el sur de Portugal. En el norte del país, es más frecuente ver imágenes de contrastes de luces y sombras y relieves pronunciados. Más al sur, predominan los motivos geométricos y lisos, pero también las formas orgánicas, más utilizadas en aplicaciones de fachadas exteriores.
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Fuentes del texto: www.visitportugal.com; www.pt.wikipedia.org; www.ensina.rtp.pt; www.comunidadeculturaearte.com;
Fuentes de las imágenes: www.crivat.pt; www.azulejo.parquesdesintra.pt; www.idealista.pt; www.br.depositphotos.com;